1. El secreto de la rata-topo desnuda
En la última edición de la revista
‘Proceedings of the National Academy of Science’ se publicó un artículo
de biólogos moleculares de la Universidad de Rochester, EE.UU., dedicada
a las inusuales características de la rata-topo desnuda africana, que
puede vivir en promedio 30 años, diez veces más que otros roedores.
Los biólogos descubrieron que entre las
ratas-topo desnudas, el ribosoma, la ‘máquina’ que sintetiza las
proteínas, es “único”. “Cuando el ribosoma ensambla aminoácidos para
crear una proteína pueden ocurrir errores. Pero en este roedor las
proteínas fabricadas por sus células tienen un 40% menos de
probabilidades de contener un error que, por ejemplo, el organismo de
los ratones”, explican los autores del estudio.
Alterar la estructura de los ribosomas en el
ser humano no es posible por ahora, pero los investigadores indicaron
que ya trabajan para tratar de desacelerar la síntesis de proteínas en
las células, lo que conllevaría a alargar la vida del organismo.
2. Tabletas contra la vejez
En los últimos años se han publicado varios
artículos científicos que demuestran que el Rapamycin, usado para
prevenir el rechazo en el trasplante de órganos y para tratar ciertos
tipos de cáncer, es capaz de alargar la vida en ratones de laboratorio.
Según las últimas investigaciones, el Rapamycin
desacelera también la síntesis de proteínas haciendo que sean más
eficaces. Los avances en roedores han inspirado a algunos investigadores
a trabajar con las personas en Australia, donde han comenzado a
realizar ensayos clínicos con esta droga con la esperanza de retrasar el
envejecimiento en los seres humanos.
3. Alterar el funcionamiento de las células para vivir más de 100 años
En un estudio publicado en la revista
británica ‘Nature’ demostraron que la rata-topo desnuda no sufre de
cáncer. El responsable es el ácido hialurónico, que impide que las
células de este roedor se aglutinen y formen tumores.
Los autores de este estudio demostraron que
al bloquear la síntesis del ácido hialurónico en el organismo de la
rata-topo, las células comenzaron a comportarse de la misma forma que en
los ratones, provocando cáncer. “Buscamos las formas de prevenir la
destrucción natural del ácido hialurónico en las células y las maneras
de estimular el incremento de su síntesis, como en el organismo de la
rata-topo”, señalaron los investigadores en el artículo.
4. La dieta, una forma de prolongar la vida
Numerosos artículos relacionan la dieta
(restricción calórica) con la extensión de la vida y el retardo de
enfermedades relacionadas con la edad. En una investigación publicada en
la revista ‘Nature’ se subraya que al esclarecer el funcionamiento de
los mecanismos que desencadenan el hambre, se podría encontrar la manera
de prolongar la vida.
Uno de estos mecanismos es la vía TOR,
censora de aminoácidos y que regula la síntesis de proteínas y el
crecimiento, que actúa como una especie de evaluador de combustible,
detectando la disponibilidad de nutrientes y respondiendo mediante la
alteración de la eficiencia con que las proteínas se fabrican.
“Cuando seamos capaces de regular el
funcionamiento de este mecanismo, será un serio avance no solo en la
lucha contra el envejecimiento sino también contra enfermedades como el
cáncer que están estrechamente ligadas”, dijo el biólogo molecular y
genetista David Sinclair del Harvard Medical School.
5. El secreto de la longevidad se lleva en los genes
Una razón por la que algunas personas
centenarias llegan a vivir tantos años podría encontrarse en una
variación genética, la cual ocasiona que las partículas de colesterol en
su sangre sean más grandes de lo normal. El tamaño de estas partículas
no suele estar relacionada con una buena salud.
Sin embargo, las evidencias muestran con
mayor frecuencia las ventajas de contar con grandes partículas de
lipoproteínas que transportan el colesterol a través del torrente
sanguíneo, explicó el investigador estadounidense Nir Barzilai, del
Colegio de Medicina Albert Einstein.
“Las partículas más pequeñas pueden
incrustarse con mayor facilidad en las paredes de los vasos sanguíneos,
contribuyendo a la acumulación de grasa que desencadena infartos
cardíacos y accidentes cerebrovasculares”, añadió Barzilai, quien llega a
la conclusión de que uno de los posibles mecanismos de protección en
centenarios son los genes que determinan el metabolismo de los lípidos.
“Al saber qué proteínas codifican estos genes
se podría entender cómo funcionan sus mecanismos de defensa para luego
producirlos artificialmente en personas que no poseen estos genes”,
indicó el investigador.
Muchos críticos aseguran que no tiene sentido
prolongar la vida de una persona debido a que es un calvario para ella y
sus familiares. Sin embargo, los científicos aseguran que todos los
métodos indicados anteriormente no prolongan la vejez, sino la juventud.
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