El "recordman" sudafricano Andre van Zijl comenzó hoy a las 10.00 hora local (08.00 GMT) un nuevo y extravagante proyecto: hablar por teléfono sin interrupción durante 50 horas para batir de esta forma el récord mundial en esta inusual disciplina.
Van Zijl, que ya ostenta otros 39 récords mundiales, como pasar 13 días en un jacuzzi o bailar durante 345 horas seguidas, trabaja en su nueva proeza sentado en un centro comercial de Pretoria, según informó él mismo a Efe desde uno de sus móviles en plena búsqueda del récord.
Delante tiene seis teléfonos celulares y un fijo, a los que llaman sin parar amigos, familiares, periodistas y personas anónimas, que encuentran su número en internet o en los medios y le ayudan a cumplir su objetivo.
"Llevo hasta el momento 6 horas y 6 minutos; el actual récord Guinness está en 38 horas", cuenta Van Zijl, de 63 años, que es seropositivo y busca concienciar a la gente sobre el VIH y conseguir fondos para ayudar a los portadores y a los enfermos de sida.
Para ello ha abierto un número de cuenta, en el que se pueden hacer donaciones para la causa.
"Dormir no es un problema, estoy acostumbrado: he estado 42 días sin dormir. Es cuestión de mentalizarse", señala Van Zijl, antes de disculparse y colgar para atender otra llamada.
"La gente que me ve (en el centro comercial donde bate el récord) reacciona positivamente y me da ánimos", relata Van Zijl, que asegura, en una nueva conversación telefónica, que no descansará cuando haya finalizado su último reto, el sábado a las 12.00 hora sudafricana (10.00 GMT).
"Ya tendré tiempo de descansar cuando me muera", remacha antes de despedirse y atender otras llamadas.
Van Zijl, que ya ostenta otros 39 récords mundiales, como pasar 13 días en un jacuzzi o bailar durante 345 horas seguidas, trabaja en su nueva proeza sentado en un centro comercial de Pretoria, según informó él mismo a Efe desde uno de sus móviles en plena búsqueda del récord.
Delante tiene seis teléfonos celulares y un fijo, a los que llaman sin parar amigos, familiares, periodistas y personas anónimas, que encuentran su número en internet o en los medios y le ayudan a cumplir su objetivo.
"Llevo hasta el momento 6 horas y 6 minutos; el actual récord Guinness está en 38 horas", cuenta Van Zijl, de 63 años, que es seropositivo y busca concienciar a la gente sobre el VIH y conseguir fondos para ayudar a los portadores y a los enfermos de sida.
Para ello ha abierto un número de cuenta, en el que se pueden hacer donaciones para la causa.
"Dormir no es un problema, estoy acostumbrado: he estado 42 días sin dormir. Es cuestión de mentalizarse", señala Van Zijl, antes de disculparse y colgar para atender otra llamada.
"La gente que me ve (en el centro comercial donde bate el récord) reacciona positivamente y me da ánimos", relata Van Zijl, que asegura, en una nueva conversación telefónica, que no descansará cuando haya finalizado su último reto, el sábado a las 12.00 hora sudafricana (10.00 GMT).
"Ya tendré tiempo de descansar cuando me muera", remacha antes de despedirse y atender otras llamadas.
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