La violencia contra las mujeres es uno de los "grandes dramas de nuestro tiempo",
una "escandalosa" situación que todavía afecta a muchas mujeres y
niñas, denunció hoy la ONU con motivo del Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra este 25 de
noviembre.
"Resulta escandaloso que aún hoy en día, para muchas mujeres y niñas, la violencia se encuentre al acecho alrededor de las esquinas, en los lugares de trabajo o en sus propias casas. Y frecuentemente, la justicia está ausente", alertó la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay en un comunicado.
Según Pillay, en muchos lugares "las mujeres son humilladas o intimidadas por denunciar a la policía la violencia, particularmente la sexual" y cuando lo hacen "se enfrentan a crueles e insensibles reacciones oficiales, que de manera efectiva impiden todo acceso a la justicia".
Por ello, desde la ONU piden a los Estados que, en base al derecho internacional, aseguren que sus sistemas de justicia penal "estén libres de sesgos de género" en todas las fases de un proceso, la investigación, la persecución, los interrogatorios, la protección de las víctimas y testigos, y el pronunciamiento de sentencias.
"La insinuación de que las mujeres tienen una propensión a mentir y que su testimonio debe ser tomado con cautela debe ser eliminada, así como la idea de que las mujeres incitan a la comisión de la violencia sexual por estar fuera en la noche o por vestir de una manera en particular", advirtió la Alta Comisionada.
Pillay instó a aprovechar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para acabar con "los dañinos estereotipos de género que ayudan a perpetuar un clima en el que la violencia en contra de las mujeres es considerada aceptable o merecida".
"La violencia contra las mujeres es simple y absolutamente inaceptable, sin importar cómo estén vestidas", agregó.
Según la responsable de la ONU, la violencia contra mujeres o niñas se ha perpetuado por siglos de dominación masculina y de discriminación de género, una violencia "cimentada en normas profundamente arraigadas socialmente".
"Estas normas sólo reconocen valor a las mujeres a partir de nociones discriminatorias de castidad u "honor" y son frecuentemente usadas para controlar y humillar no solamente a las víctimas, sino también a sus familias y comunidades", explicó.
"Resulta escandaloso que aún hoy en día, para muchas mujeres y niñas, la violencia se encuentre al acecho alrededor de las esquinas, en los lugares de trabajo o en sus propias casas. Y frecuentemente, la justicia está ausente", alertó la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay en un comunicado.
Según Pillay, en muchos lugares "las mujeres son humilladas o intimidadas por denunciar a la policía la violencia, particularmente la sexual" y cuando lo hacen "se enfrentan a crueles e insensibles reacciones oficiales, que de manera efectiva impiden todo acceso a la justicia".
Por ello, desde la ONU piden a los Estados que, en base al derecho internacional, aseguren que sus sistemas de justicia penal "estén libres de sesgos de género" en todas las fases de un proceso, la investigación, la persecución, los interrogatorios, la protección de las víctimas y testigos, y el pronunciamiento de sentencias.
"La insinuación de que las mujeres tienen una propensión a mentir y que su testimonio debe ser tomado con cautela debe ser eliminada, así como la idea de que las mujeres incitan a la comisión de la violencia sexual por estar fuera en la noche o por vestir de una manera en particular", advirtió la Alta Comisionada.
Pillay instó a aprovechar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para acabar con "los dañinos estereotipos de género que ayudan a perpetuar un clima en el que la violencia en contra de las mujeres es considerada aceptable o merecida".
"La violencia contra las mujeres es simple y absolutamente inaceptable, sin importar cómo estén vestidas", agregó.
Según la responsable de la ONU, la violencia contra mujeres o niñas se ha perpetuado por siglos de dominación masculina y de discriminación de género, una violencia "cimentada en normas profundamente arraigadas socialmente".
"Estas normas sólo reconocen valor a las mujeres a partir de nociones discriminatorias de castidad u "honor" y son frecuentemente usadas para controlar y humillar no solamente a las víctimas, sino también a sus familias y comunidades", explicó.
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