Para ésto basta con encontrar un cajero automático que aún funcione
con Windows XP (lo que no es tan inusual como uno podría esperar),
cortar un trozo de la carcasa para acceder al puerto USB y conectar un
pendrive booteable con un malware que al reiniciar la máquina,
reescribirá el registro del antiguo sistema operativo y te permitirá
retirar todo el dinero que quieras cuando lo desees mediante un menú que
accede directamente a casi todas las funciones de la máquina.
Los investigadores reconstruyeron el malware de diversos cajeros
automáticos hackeados, y lo que más les sorprende es precisamente el
hecho que hackear un cajero automático con un pendrive no es algo reciente, por lo que los bancos no han tomado las necesarias medidas de seguridad utilizando una tecnología tan antigua y vulnerable.
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