martes, 1 de abril de 2014

¿Fracasar yo? ¡Imposible!

Intentar es un proceso previo a conseguir lo que anhelamos. Intentamos porque aún no hemos obtenido lo que deseamos; por ello, desarrollar tolerancia al fracaso y pasión por volver a probar resulta primordial para alcanzar nuestros objetivos profesionales.
Sin embargo, cuando buscamos un trabajo, intentamos un ascenso o emprendemos un nuevo proyecto los “intentos fallidos” nos pueden llegar a frustrar y desmotivar.
Cuando no logramos lo que deseamos, el estrés y la frustración se asoman y nos cuesta entender que el fracasar –o, mejor dicho, probar– es parte clave para conseguir. Ya lo había dicho Thomas Alva Edison antes de inventar el fonógrafo: “No he fracasado, he encontrado 10.000 formas que no funcionan”.
Nuestra sociedad- reforzada por la publicidad, el cine e incluso las instituciones educativas -nos vende el éxito como la meta máxima, mide nuestro valor personal mediante la obtención de méritos tangibles –como un puesto alto o un buen auto– y “presionándonos” para obtenerlos. No se nos “permite” intentar y mucho menos fracasar, por ello, cuando inevitablemente fracasamos, nos terminamos frustrando, estresando o angustiando.
Cuando intentamos, el estrés y la frustración se asoman y nos cuesta entender que el probar es parte clave para conseguir algo.
¿Cómo lograr nuestros objetivos sin estrés y frustración? La clave va ligada a los siguientes tres pasos:
  1. Saber lo que queremos conseguir.
  2. Confiar en que podemos obtenerlo.
  3. Disfrutar mientras intentamos.
Disfrutar el camino resulta primordial. Recuerden que para ir adonde queremos, primero, debemos pasar por donde no queremos.
Como nos vamos a pasar gran parte de nuestra vida intentando alcanzar nuestras metas, la única manera de poder sentirnos realmente motivados y felices de continuar es enfocándonos en lo que nos apasiona, disfrutando el camino y amando lo que intentamos.
Steve Jobs es un claro ejemplo, fundó una compañía de la que luego fue despedido y en su discurso en la universidad de Standford se refiere a esa situación del siguiente modo:
“El hecho de haber sido despedido de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado. El peso del éxito fue reemplazado por la ligereza de convertirme de nuevo en un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para comenzar uno de los períodos más creativos de mi vida”. Búsquenlo en YouTube. Ha servido de referencia a muchos profesionales exitosos y es usado de comúnmente en sesiones de coaching.
La materia sin éxito
¿Qué nos hace sentir felices en el día a día?, es lo que debemos preguntarnos antes de empezar cualquier aventura profesional.
Una investigación realizada por Ed Diener, profesor de Psicología de la Universidad de Illinois,  publicada en su libro Rethinking Happiness (Repensando la alegría) nos indican que la frecuencia de nuestras alegrías resulta más determinante en nuestro bienestar que en su intensidad de las mismas. Nos empeñamos en pensar que grandes logros nos darán un mayor bienestar, sin embargo, deberíamos entender que el mayor bienestar se centra en disfrutar de nuestras pequeñas alegrías.
Si tu meta es asumir una gerencia o crear tu negocio propio, disfruta programando citas con clientes o ejecutivos con esa experiencia, insistiendo cuando rechacen tus citas, disfruta de cada pequeño fracaso, pues son esas experiencias las que conducen al éxito. Volviendo a citar a Thomas A. Edison, recuerda que el genio es solo un 1% de inspiración y un 99% de transpiración.

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