1) Comenzar con cardio o fuerza un entrenamiento
Si mantiene una agenda apretada,
inclínese por comenzar con el trabajo cardiovascular en intervalos y
luego con el trabajo de pesas o de fuerza alternando los grupos
musculares. Esto permite extender la elevación del metabolismo, con una
mejor tolerancia al esfuerzo. En otros casos, el trabajo cardiovascular
luego del entrenamiento de fuerza facilita la recuperación y reduce los
dolorosos musculares, cuando la sesión cardiovascular es la intensidad
moderada.
2) Pesas libres o máquinas
Los novatos en entrenamiento de fuerza
tienen mejor control del movimiento cuando lo hacen en las máquinas que
también tienen la ventaja de poder mejorar la resistencia, al trabajar
con altas repeticiones. Incluso en avanzados se logra una especificidad
en el grupo muscular que se desea. Las pesas libres fortalecen los
músculos ya experimentados, pueden aplicarse más cargas y obligan a
mejorar la coordinación entre los músculos.
3) Entrenar en la mañana o en la noche
Depende del objetivo. Cuando se busca
control de ansiedad o por placer cualquier hora del día está bien. Los
entrenamientos vigorosos de fortalecimiento requieren de un
calentamiento corporal previo que es más fácil de alcanzar en la tarde o
noche, pues facilita el desarrollo de fuerza y flexibilidad. Claro que
si se necesita una activación estimulante para tolerar cualquier sesión
de ejercicios y mejorar el metabolismo, es más efectiva la práctica
matutina.
4) Entrenar bajo techo o al aire libre
Ya sea montando en bicicleta,
patinando o corriendo al aire libre, el cuerpo quema cerca de un 5% más
de calorías debido a la resistencia extra que representa la fricción del
viento y los cambios de inclinación por las irregularidades del
terreno. Sin embargo, bajo techo se pueden quemar esas calorías extras
añadiendo un poco de inclinación a la banda o entrenando en intervalos.
Además se convierte en el espacio ideal cuando el clima es adverso o la
inseguridad impide la práctica deportiva.
5) Estirar al comienzo o al final del entrenamiento
Los entrenamientos previos forman
parte de las estrategias de calentamiento. Sin embargo, tienen el
inconveniente de trabajar sobre tejidos que no han entrado en calor, por
lo que en climas fríos o templados su beneficio es dudoso, pues
aumentan el riesgo de lesiones músculo-tendinosas. Estirar al final
tiene la ventaja de elongar más fácilmente los músculos y tendones, lo
que trae beneficios probados en relajación muscular, disminución del
dolor muscular y aumento de la flexibilidad.
6) Agua o bebidas hidratantes
Generalmente el cuerpo tiene pérdidas
de líquido importantes con el ejercicio, sobre todo con temperaturas
ambientales altas, lo que conlleva también a disminución en los
oligoelementos y nutrientes circulantes. Antes del ejercicio usar agua.
Durante el ejercicio combinar agua con bebida hidratante. Después del
ejercicio, usar en lo posible bebida hidratante.
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