1. “Sólo quiero romance, no sexo”: Totalmente falso. Si bien es cierto que la mujer en general es mucho más emocional que la mayoría de los hombres y valora el
acto sexual
como una forma de comunicación con su pareja, también se ha perpetuado
el mito de que a las damas no les gusta el sexo tanto como a ellos. Nada
más alejado de la realidad y es momento de romper con esa falsa
creencia. Ella valora el sexo tanto como tú y mientras más satisfecha
esté en este aspecto, más relajada estará para concentrarse en otros
aspectos de la relación. Pero mucho cuidado: el romance no estorbará,
¡por el contrario! Será el complemente perfecto de una sana y placentera
vida sexual.
2. “Tus buenos sentimientos es lo único que me importa”:
Nuevamente, el desequilibrio hace acto de presencia. Cierto, eres el
amor de su vida y te querrá por mucho tiempo. Pero también es agradable
para una mujer el hecho de ver que su pareja se cuide, se mantenga
activo y conserve por tiempo más que suficiente el encanto que lo
caracterizaba desde el día en que lo conoció. Así que no te engañes: tu
panza cervecera podrá ser una característica simpática, pero con el
tiempo sólo pasará a ser algo más de ti que a ella no le gusta. ¿Te
decides a cambiar ahora o lo dejas para después?
3. “El amor es lo más importante, no el dinero”:
Definitivamente que los mejores momentos en la vida son gratis, esto es
innegable. Por otro lado también es cierto que la salud por ejemplo, no
tiene precio y no se compra con dinero. Sin embargo, en el mundo
práctico y real, la estabilidad económica y la responsabilidad
financiera son dos factores que deciden el futuro de muchas parejas. De
aquí que cada vez más existan mujeres profesionistas independientes que
no necesitan de la guía económica de un hombre. Así que si aún estás
soltero, piensa bien en ello: la figura de un hombre solvente es algo
que conquista a cualquier mujer. No se trata de que ella desee siempre
costosos regalos, sino de contar con alguien que la protegerá o en dado
caso compartirá con ella la responsabilidad de un hogar. Lo de las
cenas, abrigos y joyas, déjalo para después: primero preocúpate por
cumplir puntualmente con las obligaciones básicas y hazlo amorosamente,
que ella te lo agradecerá.
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