Con más de mil millones de cuentas activas en el mundo, puede ser fácil
olvidarse de que algunas personas no utilizan Facebook pese a disponer
de conexión a internet. Sus motivos, y los aspectos psicológicos y
sociológicos de la decisión de no estar en Facebook, han sido objeto de
análisis en un nuevo estudio, realizado por el equipo de Madeline E.
Smith, de la Universidad del Noroeste en Evanston, Illinois, y Eric P.
S. Baumer, de la de Cornell en Ithaca, Nueva York, ambas instituciones
en Estados Unidos.
Los resultados de esta investigación sugieren que el no usar Facebook es más común de lo que se cree: Un tercio de los usuarios de Facebook desactivan su cuenta, y uno de cada 10 la suprimen.
De 410 personas que respondieron a un cuestionario online, 46 habían suprimido su cuenta de Facebook. Más del 90 por ciento dijo estar satisfecho con su decisión, y la mayoría se abstuvo de regresar a Facebook. Otros no eran capaces de cortar del todo con Facebook, pero sí se tomaban descansos en el uso de esta red social.
Más de un cuarto de los encuestados (110) desactivaron en algún momento su cuenta, lo que implica ocultar todo lo que han hecho en Facebook, pero reteniendo los datos, lo que permite reactivar la cuenta en cualquier momento. Dos tercios de quienes la desactivaron expresaron estar satisfechos con su decisión; un tercio acabó regresando.
Algunos encuestados utilizaron otras estrategias para limitar su uso de Facebook. En ese sentido, varios participantes pidieron a su cónyuge que les cambiase la contraseña, y sólo les permitiera conectarse en sesiones limitadas. Un participante explicó que redirigió todo mensaje electrónico de Facebook a una dirección de correo electrónico que nunca revisa. Otros instalaron plugins de navegador que les impiden visitar Facebook.
Las razones para dejarlo fueron variadas, desde preocupaciones por la privacidad y el peligro de un uso indebido de datos, hasta un descenso de la productividad por culpa de pasar demasiado tiempo en Facebook, e incluso problemas de adicción a las redes sociales.
Algunos encuestados dijeron que estaban cansados de los contactos sociales banales y de los chats superficiales.
Otros dejaron de usar Facebook a fin de evitar el tener que aceptar como "amigo" a su jefe o jefa, a un compañero o compañera de estudios, o a un antiguo novio o novia.
Adicionalmente, 75 personas de la encuesta no tenían ni nunca habían tenido una cuenta en Facebook.
Aunque algunos de los encuestados que no usaban Facebook no criticaron la red social, otros proporcionaron listas elaboradas de las razones por las que no se unirían a Facebook. Algunos esgrimían la pérdida de privacidad derivada de estar en esa red social, argumentando que no querían exhibirse de esa manera, y comparaban el uso habitual de Facebook a vivir su vida dentro de una especie de acuario global.
Los resultados de esta investigación sugieren que el no usar Facebook es más común de lo que se cree: Un tercio de los usuarios de Facebook desactivan su cuenta, y uno de cada 10 la suprimen.
De 410 personas que respondieron a un cuestionario online, 46 habían suprimido su cuenta de Facebook. Más del 90 por ciento dijo estar satisfecho con su decisión, y la mayoría se abstuvo de regresar a Facebook. Otros no eran capaces de cortar del todo con Facebook, pero sí se tomaban descansos en el uso de esta red social.
Más de un cuarto de los encuestados (110) desactivaron en algún momento su cuenta, lo que implica ocultar todo lo que han hecho en Facebook, pero reteniendo los datos, lo que permite reactivar la cuenta en cualquier momento. Dos tercios de quienes la desactivaron expresaron estar satisfechos con su decisión; un tercio acabó regresando.
Algunos encuestados utilizaron otras estrategias para limitar su uso de Facebook. En ese sentido, varios participantes pidieron a su cónyuge que les cambiase la contraseña, y sólo les permitiera conectarse en sesiones limitadas. Un participante explicó que redirigió todo mensaje electrónico de Facebook a una dirección de correo electrónico que nunca revisa. Otros instalaron plugins de navegador que les impiden visitar Facebook.
Las razones para dejarlo fueron variadas, desde preocupaciones por la privacidad y el peligro de un uso indebido de datos, hasta un descenso de la productividad por culpa de pasar demasiado tiempo en Facebook, e incluso problemas de adicción a las redes sociales.
Algunos encuestados dijeron que estaban cansados de los contactos sociales banales y de los chats superficiales.
Otros dejaron de usar Facebook a fin de evitar el tener que aceptar como "amigo" a su jefe o jefa, a un compañero o compañera de estudios, o a un antiguo novio o novia.
Adicionalmente, 75 personas de la encuesta no tenían ni nunca habían tenido una cuenta en Facebook.
Aunque algunos de los encuestados que no usaban Facebook no criticaron la red social, otros proporcionaron listas elaboradas de las razones por las que no se unirían a Facebook. Algunos esgrimían la pérdida de privacidad derivada de estar en esa red social, argumentando que no querían exhibirse de esa manera, y comparaban el uso habitual de Facebook a vivir su vida dentro de una especie de acuario global.
El equipo de investigación también notó una actitud de rebeldía y orgullo entre quienes rechazaban integrarse en Facebook.
Los resultados del nuevo estudio sugieren que los usuarios de Facebook que desactivan su cuenta tienen más probabilidades de conocer a alguien que también hizo lo mismo. El equipo de investigación planea profundizar en este aparente "efecto contagio" de apartarse de Facebook.
Los resultados del nuevo estudio sugieren que los usuarios de Facebook que desactivan su cuenta tienen más probabilidades de conocer a alguien que también hizo lo mismo. El equipo de investigación planea profundizar en este aparente "efecto contagio" de apartarse de Facebook.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario