1. Te cuesta trabajo levantarte en las mañanas
Suena la alarma, despiertas tranquilo y de pronto recuerdas que debes ir a tu lugar de trabajo y sientes ese sentimiento de inconformidad en el pecho.
2. Sientes que es una rutina aburridora y de 8 largas horas
Sabes exactamente qué pasará en cada minuto del día ya que lo has estado repitiendo por varios meses y tal vez años.
3. Te sientes abrumado con sólo pensar en el día de trabajo que te espera
La única motivación para ir a trabajar son las buenas amistades que sean forjado en ese tiempo.
4. Aún con tu sueldo en las manos te sientes igual de inconforme
Este no te proporciona mayor felicidad.
5. No quieres que llegue el lunes
El fin de semana dura 48 horas pero pensar en el trabajo hace que parezca de 48 segundos.
6. Sientes ese desdén por tu jefe cada vez que hace un cambio
Sabes que con los días admitirá que fue un error. Después de todo ya conoces bien tu trabajo y sabes qué cosas no pueden cambiar.
7. Ni pensar en esos empleados que no hacen más que rendir pleitesías a tu jefe
El que además parece no ser muy buen líder y sólo busca la forma de mantenerte ocupado.
8. Sientes que el trabajo ya no es una experiencia enriquecedora y de aprendizaje
Sientes que no hay nuevos retos.
Si estas experimentado alguna de estas situaciones, son señales de que debes cambiar de empleo, de que debes arriesgarte a hacer algo diferente, a empezar en otro lugar donde puedas seguir aprendiendo, donde encuentres nuevos retos, un lugar que llene tus expectativas y te haga ser mejor profesional y mejor persona. Un lugar donde se dibuje una sonrisa en tu rostro cada vez que tengas que ir, pero sobre todas las cosas un lugar donde encuentres una versión más feliz de ti mismo.
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