1. Encuentra a alguien divertido con quien practicar ejercicio y planea retos mutuos.
2. Programa tu ejercicio y bloquea tu calendario.
3. Establece un objetivo pequeño y realista y prémiate de
manera saludable cuando lo alcances. Puedes correr un kilómetro o
levantar un juego de pesas de un kilo más en el gimnasio. Si buscas una
recompensa más allá de los límites de la comida, la ropa atractiva de
deporte también puede resultar un gran premio.
4. Determina un tiempo realista para alcanzar tu objetivo y
anota tu progreso. Cada vez que observes tu progreso recuerda tu meta y
por qué la elegiste en primer lugar.
5. Crea una lista para recordar por qué estás practicando ejercicio y recurre a ella regularmente.
6. Usa una aplicación o un dispositivo de ejercicio para seguir tu progreso y animarte.
7. No sabotees tus esfuerzos ni tires por la borda todo tu trabajo por realizar elecciones al azar. Podrías desanimarte.
8. Contrata a un entrenador personal para controlar tu ejercicio y fomentar hábitos saludables.
9. Busca clases de ejercicios que disfrutes. Clases que
resulten convenientes para ti y que sabes que harás un esfuerzo por
acudir a ellas.
Por supuesto que algunos de estos consejos son más fáciles que otros y
no todos te funcionarán. Sin embargo, algunos de ellos seguro que se
ajustan a tus peculiaridades. ¿No te funciona uno de estos métodos de
motivación? Pasa al siguiente consejo de la lista. Los hábitos necesitan
tiempo para cultivarse. Aunque tengas un mal día, el hecho de seguir
intentándolo es mucho más importante de lo que crees.
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