1.- iPhone. Me doblo ante la presión
Apple
es una de las empresas más mediáticas y con mayor lealtad de sus
usuarios. En 2014, anunció dos nuevos iPhones, 6 y 6 plus (este último
un phablet), y su reloj inteligente Apple Watch.
El
fanatismo por los nuevos equipos no se hizo esperar. Durante el primer
fin de semana, Apple vendió más de 10 millones de iPhones; algunos de
los primeros compradores hicieron fila a la intemperie durante dos
semanas.
Sin embargo, el éxito del equipo estuvo
acompañado por el escándalo de que, debido a la ligereza y material
(aluminio), los teléfonos se doblaban con una alta presión.
2.- Tinder. Escándalo sexual en casa
Si hubo un app
que tuvo fama en 2014 (además de Snapchat) fue Tinder, la herramienta
que ofrece la posibilidad de conocer gente para tener una cita. Con
menos de dos años, su valor se ha movido entre 5,000 millones de dólares
y algunos más modestos de firmas de inversión que lo colocan entre 750 y
1,000 millones de dólares.
La empresa alcanzó los
reflectores en 2014 también por tener a un presunto acosador sexual como
cofundador. En julio, Whitney Wolfe, la vicepresidenta de marketing de
Tinder, demandó a la compañía y a uno de sus cofundadores, Justin
Mateen, por acoso sexual.
De acuerdo con Whitney,
quien en algún momento mantuvo una relación con Mateen, el cofundador de
Tinder le envió mensajes de texto donde la señala como una “caza
tesoros”, “prostituta” y “ramera”.
En la demanda,
Wolfe acusó a Mateen y a Sean Rad, CEO de Tinder, de rehusarse a darle
crédito como fundadora, pese a que formó parte de las cinco personas que
desarrollaron la app. Según ella, ambos ejecutivos se negaron porque “era mujer”.
A
la fecha la sombra del acoso sexual y posible misoginia en Tinder no se
ha disipado del todo. En noviembre, Forbes Estados Unidos informó que
Sean Rad sería despojado de su título de CEO, se convertiría en presidente de Tinder y ayudaría en el proceso de selección del nuevo director ejecutivo.
3.- Uber. Una app muy vapuleada
El servicio de
transporte privado ha tenido éxito entre los usuarios finales y, según
medios financieros como Bloomberg y Reuters, podría valer hasta 40,000
millones de dólares (de cerrar su última ronda de inversión); sin
embargo, la app se ha enfrentado a pleitos con gremios de
taxistas y transporte privado en San Francisco, Bogota, Berlín, Nueva
York y Ciudad de México.
4.- Foursquare. Antes te quería pero ya no
A principios de mayo, Foursquare decidió cambiar su modelo de negocio y dejar atrás los famosos check-ins que la habían convertido en una app
mundialmente conocida. La compañía está más enfocada a funcionar como
una plataforma de recomendaciones basadas en los gustos específicos del
usuario.
Sin embargo, la app
no ha despegado. Los usuarios se quejan de que con el cambio a Swarm,
la empresa removió los dos componentes que hacían divertida a
Foursquare: la competencia por las famosas alcaldías y las badges que los usuarios ganaban al hacer check-in en ciertos lugares, días o momentos.
5.- Glass. Se acabó la pasión
El
dispositivo apareció en portadas de revistas, canales de televisión,
fueron parte de la controversia de privacidad e incluso en Estados
Unidos se inventó un término para nombrar a aquellas pocas personas que
los tenían y los portaban en todo momento: los glassholes (la combinación de la palabra lentes e imbécil en inglés).
Sin
embargo, de acuerdo con un reporte de Reuters, a dos años de su
presentación Google Glass podría enfrentar un futuro poco prometedor.
Varios desarrolladores han dejado de trabajar en la plataforma debido a
las limitaciones y restricciones del sistema. La revista Wired reconoció
que la pérdida de interés en los lentes podría ser reflejo de dos
factores: su alcance limitado
(Glass sólo se vende en Estados Unidos y no a cualquier comprador), y su elevado precio de 1,500 dólares para un producto que todavía no tiene muchos usos.
Google
siempre aseguró que Glass era más un experimento para conocer a dónde
podría llevarnos el uso de esta tecnología, que un producto masivo como
lo es Chromecast o el Nexus 6.
Sin embargo, la falta
de interés en Glass también podría ser reflejo de que los seres humanos
quieren usar tecnología, pero no en cualquier parte de su cuerpo o a
cualquier costo.